Manuel Fecal

Manuel Fecal
Hej!

jueves, 9 de agosto de 2007

DEATH PROOF: quiero ser una chica Tarantino

"Death Proof" es la prueba latente de como la sintonía que Tarantino mantuvo con su público de los '90s se repite con la generación del 2000 de forma matemáticamente similar. En 1994 Tarantino lanza "Pulp Fiction" y tiene a una generación de adolescentes y jóvenes menores de 30 comiendo de su mano. Se crea un culto, una expectativa por su siguiente película tan grande que casi se come a si misma y el inevitable choque contra la pared. En 1997 se estrena "Jackie Brown" y nadie entiende nada (al menos el grueso de su público jóven y hambriento por dialogos quoteables y pop masticable). Tras esto Tarantino se sumerge en la oscuridad y genera todo tipo de incertidumbres acerca de su perdurabilidad como cineasta. En el 2004 estrena "Kill Bill" (vol. 1 en el 2003, pero siendo una sola pelicula, digamos que la "terminó" de mostrar con vol. 2 ese año). El mismo efecto se produce con una nueva audiencia de nuevos jóvenes, el mismo culto y la misma expectativa por "lo próximo". En el 2007 Quentin Tarantino, casi auto-parodiandose conciente o inconcientemente hace exactamente lo que Jackie Brown hizo en las navidades del 97, entre el break-up de la banda mas importante del mundo (las Spice Girls, lol!) y la sombra de "Titanic" a dos segundos de estrellarse contra todo.

Es en el punto en el que los pendejos de la era "Hostel" (ahora puedo ser grumpy resentido, yey!), desbordando testosterona y acelerados por las pirotecnias de Robert Rodriguez y los trailers politicamente incorrectos de Eli Roth y Rob Zombie reciben el baldazo de agua fria que no esperaban recibir del "capo" de "Kill Bill": 90 minutos de chicas hablando como hablan las chicas cuando los chicos no las ven SIN PARAR. Los chicos no saben que hacer con eso. Pierden totalmente el norte de lo que habían visto hasta esa hora y media. Y es genial. Es una broma pesada que les costó millones de dolares. Que valió la pena.

Voy a tratar de organizar mi mente y explicar mis puntos de porque "Death Proof" es brillante. Es una promesa que no se cumple con un propósito arriesgado. Spoiler o no, te voy a decir esto: no es una película de terror. No es un slasher con autos, exceptuando dos o tres momentos sumamente breves. Que Tarantino es un tipo sumamente obsesionado con la manipulación de géneros no es ningún secreto y en esta oportunidad lleva sus manías a un punto muy peligroso, poniendo en riesgo de muerte el elemento cardíaco de una historia: los personajes y su propia
verosimilitud y coherencia. Pero de una forma retorcida y totalmente freak, el truco funciona, al menos para mi y me lo creo. Y me encanta. Y me vuelvo a enamorar de sus personajes monotematicos y quiero estar sentados al lado de ellos tomando café o escucharlos en carne y hueso ser unos idiotas arrogantes, unos caretas ultracool y unos snobs pop-culturales (Tarantino, Tarantino, Tarantino, aunque mantiene su reflejo en ellos siempre a nivel de
caracterización de personaje y no de personaje en si, que es distinto). Es querer estar una vez mas sentados con Vincent Vega en el Jack Rabbit Slim's mientras le robamos papitas a Mia Wallace.

"Death Proof" es la película con más diálogo de Tarantino hasta la fecha, y eso debería ayudar MUCHO a estar mas prevenidos antes de verla: no te queda otra que dejarte absorver por la clientela del Güeros y lo que tienen para decir. Sino, vas a detestar cada centímetro de esta película, que si hay que compararla con otra de Tarantino, se podría decir que vuelve considerablemente a las raíces de "Reservoir Dogs", en cuanto a recreación naturalista,
producción de bolsillo y unos cuantos guiños a escenas concretas (la primer escena tras los títulos es una parodia de la primer escena tras los titulos de "Dogs").

Lo que si no quiero spoilear es el resto de "Death Proof". Es una experiencia por la que uno tiene que pasar con la menor cantidad de información previa posible. Porque asi como Grindhouse se resetea en la mitad (con el cambio de pelicula), "Death Proof" tiene su propio reset. Solo voy a dejar dos cosas sobre la mesa: el dia es dia y la noche es noche. Sobre estos conceptos y sus claras diferencias, Tarantino juega, acomodando a la fuerza o no, sus chiflados teoremas de fusión de géneros. Quien dijo que Tarantino rompe las reglas no tiene idea: su función como
autor es adorarlas, emularlas y quererlas tanto por igual que las abraza al mismo tiempo con toda su angurrienta demencia.

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